Apóstata es aquella persona que
abandona voluntariamente la fe, ideología, organización o nacionalidad que
tenía, asumiendo una definición diferente como individuo. Esta decisión muchas veces
implica crecimiento en lugar de pérdida, al asumirse el riesgo del cambio, librarse en parte de la alienación colectiva y expandir
los límites personales. Apostatar es un derecho reconocido dentro de la
Declaración de los Derechos Humanos. A pesar de ello, es arduo el camino que debe
recorrer el apóstata para disponer de una constancia legal que avale su
autoexclusión, así que la mayoria se da de baja de la iglesia católica sin notificarlo a ésta (única iglesia que nombro en el artículo, por
ser la que concierne a mi historia personal), por razones como las siguientes:
-
El apóstata aduce que no decidió bautizarse en
su niñez, ni recibir formación católica, sino que fueron sus padres o mentores
quienes tomaron la decisión en su lugar, por tradición o costumbre, por
conveniencia, por presión social, por creencias personales ajenas al bebé o al menor
de edad, incapaz de oponerse a la voluntad de sus mayores.
-
El apóstata repudia que la iglesia use las
estadísticas, la contribución material y el control ideológico de sus adeptos,
para mantener privilegios sociales, políticos, legales y económicos. El Estado
la apoya en relación directa al número de adeptos y actividades sociales que
contabiliza: matrimonios, bautizos, confesiones, últimos auxilios, misas,
feligreses, seminaristas, sacerdotes, religiosos, monjas, iglesias,
escuelas o educandos.
-
El apóstata se niega a apoyar a una organización
implicada con mucha frecuencia en actos contra la humanidad, como genocidios,
guerras, torturas, discriminación, explotación de recursos naturales y humanos,
colonizaciones, coacción ideológica, esclavitud, corrupción gubernamental y
económica, fomento de la ignorancia popular y del atraso científico,
manipulación a través del miedo y de la culpa, prohibición y penalización de la
libertad de pensamiento, decisión y acción.
-
El boato, riquezas, obras de arte, sedes,
comodidades, lujos y privilegios de la iglesia, comenzando por las que encierra
el Estado Vaticano, son proverbiales y están a la vista, en clara contradicción
con el meollo del mensaje evangélico que ha utilizado para acumular,
incrementar y conservar dichos bienes materiales y el poder que le dan a nivel
local y mundial.
-
El apóstata renuncia a la iglesia porque fomenta
el sexismo, el machismo y la misoginia, promoviendo un modelo de mujer sometida
a la violencia patriarcal que redunda en violencia de género y femicidios y en
modelos obsoletos de familia y de conducta
sexual ajena a la verdadera naturaleza del individuo. La sexualidad debe poder experimentarse
libremente, sin condenación humana o divina, en tanto no dañe al sujeto mismo o
a terceros.
-
Es reconocida la férrea oposición de la iglesia
contra el aborto terapéutico, la homosexualidad, la sexualidad fuera del
matrimonio, la eutanasia activa o pasiva, el uso del condón o el control de la
natalidad, en una época en la cual el sida es una pandemia, la violencia social
contra las minorías discriminadas es la más alta de la historia, y miles de
niños mueren de hambre o de enfermedades cada día.
-
Muchos apóstatas renuncian a la fe cristiana
debido a los males del mundo que suceden bajo la supuesta mirada de un dios
indiferente, o a los hechos públicos o privados de pedofilia, tortura física o
psicológica, humillación, explotación y otros actos de abuso humano,
practicados por representantes y miembros de la iglesia contra personas sujetas
a su dominio.
-
Otros se hacen apóstatas en repudio a las manipulaciones
mediáticas masivas por parte de la iglesia, como institución transnacional
asociada a todos los niveles de poder y de gobierno, o involucrada en muchos
escándalos por todos conocidos, aunque reconocidos por pocos. Es innegable la
difusión eclesiástica de creencias limitantes o irracionales entre la niñez,
para asegurarse la formación y el apoyo de adultos alienados que las sigan
propagando a sus descendientes.
Todos estos desmanes responden a
una lógica comercial y a una lógica de poder, basadas en un profundo
conocimiento de la naturaleza humana. La incongruencia entre el discurso y la
acción que evidencia la iglesia en casos de pobreza, desastres naturales, guerras,
hambrunas o enfermedades mundiales, prueban que a esta institución humana no le
interesa que tales situaciones dolorosas desaparezcan, porque el dolor es
alimento indispensable del miedo y de la manipulación para que la gente siga
creyendo, aceptando y necesitando de un dios cuya existencia y voluntad son
definidas e interpretadas por dicha institución a su conveniencia, sin otra
base que la tradición milenaria que la sustenta. Se trata de una doctrina
dogmática imposible de probar a través de la ciencia o de la razón, y de una tradición
que ha continuado siglo tras siglo, entre otras razones, gracias a la
indiscutible estupidez humana que la creó y que la sostiene. El apóstata se
rebela contra una iglesia que, no obstante sus innegables aportes positivos, también manipula el dolor, el desconocimiento, la
necesidad, la soledad, el miedo, el castigo, el pecado y la culpa, sumando males a los que ya representan la
discriminación, el racismo, las drogas, la pobreza, las enfermedades, la
injusticia, el fanatismo, la ignorancia o la separación. Con lo que promueve la
incapacidad humana para pensar y actuar con acierto y sin egoísmo.
En relación a todo esto, mi
posición es clara: yo puedo optar por el bien, tanto de palabra como de acción,
sin necesidad de hacerlo por cumplir con la voluntad de Dios o de la iglesia
que dice representarlo. He visto a lo largo de mi vida tantas inconsistencias,
incongruencias y debilidades dentro de la doctrina de dicha iglesia y la
conducta de muchos de sus representantes y adeptos, que no puedo defender su fe
ni apoyarla como institución. Elijo tomar algunas partes del mensaje evangélico
y, mediante un sincretismo personal, sumarlas a los aportes que me convencen de
otras religiones y filosofías, para elaborar mi propio sistema de creencias
relacionadas con este mundo y con el otro, sea que crea en ellos o no. Porque
mal puedo aceptar una concepción ajena de Dios o del Universo que la realidad
que habito desmiente a cada instante. Defiendo los derechos humanos, incluyendo
sobre todo a los más débiles, a los rechazados, a los discriminados, a los que
la iglesia condena y ataca en flagrante contradicción con el mensaje de
solidaridad y de unión de un Jesús que me importa poco si existió o no, en
tanto sea el arquetipo asociado con un mensaje de amor, unión y solidaridad,
dirigido al bien común de la Humanidad. Como Lennon en su canción Imagine, voy más allá de las diferencias
geográficas, políticas, religiosas, económicas, físicas o culturales que el
hombre ha inventado en contra de sí mismo, vertiendo a lo largo de su historia
ríos de sangre por defender una frontera, una religión, una ideología, una
nacionalidad, una raza, un derecho a costa de otros, un privilegio egoísta, una
posición autocrática cerrada a otros intereses o puntos de vista. Para mí,
tales diferencias nacen del miedo que está detrás de todos los errores humanos,
un miedo irracional pero indiscutiblemente destructivo, cuyo valor opuesto y
único antídoto es el amor. Y, para amar, y amar libremente, yo en lo personal
no necesito la existencia ni el aval de la iglesia católica ni de ninguna otra,
por lo que defiendo y apoyo el derecho a la apostasía. Así como concedo todo el
derecho de ser apóstol, en lugar de apóstata, a quien decida defender su fe y
vivir de acuerdo a ella, en tanto no dañe a otros. Porque para mí, la valentía
de atrevernos a comportarnos como personas auténticas, congruentes, solidarias,
es la base de una humanidad merecedora de habitar en este planeta, es la base
de la paz interna y externa, de cualquier logro o manifestación de amor
verdadero, la única razón por la cual vale la pena nacer, vivir y morir.
¿En qué categoría quedan las personas que siguen creyendo en su fe, pero no creen en la iglesia?
ResponderEliminarEn esas estoy yo.
Saludos.
Saludos, Martha. Desde mi punto de vista, si eres de las personas con fe que prescinden de una iglesia o doctrina, estás entre el sector de la humanidad más libre y capacitado para hacer actos trascendentes, ya que fuiste capaz de salir de la alienación colectiva que mantiene atrapada a la mayoría. Así que bien por ti!
EliminarEl mundo y la naturaleza hablan por si solos... no hay por que tener miedo a lo desconocido, es un impulso que nos lleva al aprendizaje. Lástima que para la mayoría de los humanos - que decidieron ser ovejas en lugar de lobos - ese miedo los lleve a la irracionalidad de un dios creado a su imagen y semejanza...
ResponderEliminarSaludos
En pocas palabras has resumido metas fundamentales para que el hombre pase a ser el Hombre, sin hacer apostasía de su propio poder: no temer a lo desconocido, no crear desde ese miedo a un dios falso, ser capaz de aprender y evolucionar sin dejarse aborregar. A mí también me gustan los lobos más que las ovejas, por eso elegí a uno aullando como emblema del blog, donde eres bienvenido. Gracias por tu aporte, JC, me honra conocerte!
EliminarHola, Gustavo. Me identifico bastante con Martha, añadiendo que a mi no me motiva la parte del Evangelio en la que asesinan a Jesus y todos los ritos barrocos derivados. Me motivan los valores que su discurso en los diversos sermones transmite. Y como fué capaz de sintetizar el judaísmo. Esos mismos valores los encuentro en el Tao Te King sin el drama propio del catolicismo.
ResponderEliminarLa Iglesia tiene un inmenso poder y está dirigida por humanos, con poco margen de maniobra. A pesar de su leyenda negra creo que ha sido y es más benefica que perjudicial.
Yo no suelo acudir a ritos pero apoyo económicamente a la Iglesia y no pienso apostatar. Me gustaría poeer ser Papa para cambiarla, acercándola más al mensaje de Jesús.
Valiosa aportación, amigo! Tú, buscador de vida inteligente, demuestras que la representas cuando comparas acertadamente al Tao con el Evangelio, captas lo más valioso de ambos y expresas la necesidad de cambio que tiene la iglesia desde su cabeza. Está claro que, junto con los desaciertos y errores que la posicionan como una organización netamente humana, la iglesia también ha hecho el bien y tenido logros positivos para la civilización, o no habría podido subsistir a lo largo de la historia. Esa dualidad entre el bien y el mal es característica de nuestra especie y de todas sus obras. Estás en todo tu derecho, como lo digo al cierre del artículo, de apoyar a la iglesia y de no querer apostatar, porque eres un hombre de bien y eso lo reflejan claramente tu comentario y lo que conozco de ti a través de tus escritos. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarBellas palabras amigo, al igual que tú crecí católico y no desprecio las partes morales que se encuentran en la religión, pero el ser "apostata" me permite detectar las cosas inmorales de la misma y encontrar fuera de ella una mejor guía para mi conducta.
ResponderEliminarMe llamó la atención el título de la publicación "Derecho a la apostasía" lo que denota un mensaje en sí, es un privilegio ganado, no siempre existió este derecho, en el Torá, la Biblia y el Korán la apostasía se condena con la muerte y por el trabajo de humanistas en los países occidentales el Judaísmo y las variaciones de cristiandad han abandonado este castigo tan despreciable; El Islam sigue castigando (por lo menos en países Musulmanes) con la muerte la apostasía, de manera que no se ha otorgado el derecho en esos países.
Algo que me parece muy interesante del tema es la gravedad del "pecado", la excomunión es un acto unilateral de la iglesia rechazando a un creyente, pero nunca será tan grave (para la iglesia) como el acto unilateral de la persona de abandonar a la iglesia. Pienso que es por la misma razón que en la mayoría de países el acto de traición a la patria es el crimen con la sanción más dura, es decir, peor que el enemigo es el amigo que te abandona y de la misma manera en la religión el lugar más caliente del infierno se reserva para aquellos que abandonan la religión.
La mayoría de religiosos no creen en la "verdadera apostasía" prefieren pensar que el apóstata nunca fue un verdadero creyente, por lo que no puede "abandonar" una religión de la que nunca participo, sin embargo es un auto-engaño para negar la realidad, que hay gente que creyó lo mismo que ellos y decidió que no era lo mejor.
Podemos decir que hay apóstatas en varios niveles, y aunque para la iglesia todos sean iguales no lo es así para los creyentes, la sociedad no ve igual al que abandona, pero sigue creyendo en dios, o al que abandona pero considera a Jesús una persona "iluminada", el apóstata completo es un ExCreyente que no guarda ninguna clase de veneración por dios, sus profetas o sus hijos; sin que esto le impida (como mencionas) reconocer las partes de la religión que coincidan con la realidad.
Saludos amigo, continúa con los buenos temas
ExCreyente
Rafa, mil gracias por tu comentario, que me ha mostrado otros aspectos sobre el tema e indudablemente también enriquecerá a muchos lectores del blog. Admiro tu capacidad a la hora de captar con tanta exactitud el mensaje que quise dar con el título. Porque es tal como dices, un DERECHO y una conquista importante la de poder apostatar en países cristianos, y la forma tan distinta como el hecho de la apostasía puede ser visto por las partes involucradas, según quien la lleve a cabo y cómo (renuncia y abandono voluntario,o excomunión que penaliza). Tu calidad de ex-creyente te hace exactamente el prototipo de persona que menciono al inicio del artículo, esa persona que crece al arriesgarse a cambiar y gana al perder condicionamientos. Es evidente que crees y honras la Vida y la haces nutritiva para tí mismo y para tu entorno. Y desde mi punto de vista, no existe mejor fe práctica que esa, la de creer proactivamente en tí y en los demás, la de solidarizarte con la libertad de pensamiento que lleva aparejados el respeto mutuo, la libertad de expresión y de acción y el bien común. Un gran abrazo!
ResponderEliminarResponderSuprimir
Me ha encantado, es mas que necesario, muchísimas gracias! Chema.
ResponderEliminarGracias, Chema. También creo necesario cotejar puntos de vista sobre realidades, sobre todo si del compartir resultan menos prejuicios, prohibiciones y separaciones, y más unión, justicia y comprensión entre nuestra especie. Porque no pierdo la esperanza de que llegue el tiempo en que viva y ejerza una auténtica racionalidad, en provecho propio y del planeta. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn articulo lleno de realidad, es una pena que hoy por hoy continuemos en una sociedad en la cual se necesita creer en una divinidad no demostrable. Las personas necesitan de la fe para sobrevivir, sentir que sus vidas no están vacías. Pero es una lastima tener fe sobre aquello que es inculcado desde que naces, sin tener decisión propia a elegir. Todos tenemos derecho a poder decidir sin ser coacionados por nada ni nadie. Resumiendo, el cambio nos enriquece, nos hace evolucionar de una sociedad estancada, de sentir libertad y no prohibición, pero el miedo es el gran impedimento a conseguir ver nuestra realidad tal y como es.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el enfoque que representa el articulo, gracias por compartirlo, un saludo.
Valoro que hayas dejado un comentario tan objetivo, claro y actual, amiga. Tomo de él palabras fundamentales: el cambio nos enriquece, el miedo es impedimento para ver la realidad,la fe y la decisión requieren de la libertad. En ello se basa todo progreso real a nivel personal y colectivo. Gracias sinceras, y sea desde ahora bienvenida tu voz en el blog!
ResponderEliminarApostatar es un derecho puesto que de bebés no tuvimos elección!! @jukybosa
ResponderEliminarResumiste el punto de partida del problema: la libre elección vs. la condición impuesta. Por eso la libertad de elección respecto a cualquier doctrina, incluyendo la fe religiosa, aparece incluída en la Declaración de los Derechos Humanos.
EliminarWena amigo, no sabia que significaba apóstata..¡ gracias por la información muy buena..
ResponderEliminarManuel
Gracias a ti por dejar tu comentario, Manuel. Así es, la palabra APOSTATAR es poco conocida porque no es de uso frecuente...lamentablemente. Eso da idea del condicionamiento que pesa sobre la mayoría. Bienvenido al blog.
ResponderEliminarlas religiones son demasiado humanas para ser divinas. Haces bien!
ResponderEliminarGran epigrama,Guadalupe. Corto, sabio, cierto!! Un besote desde Venezuela.
EliminarOye, felicitaciones por tu blog, muy interesante. Raúl.
ResponderEliminarGracias Raúl. Me alegra que lo encuentres interesante, esperando que eso también signifique que lo que aquí escribo resulta útil para alguien. Porque me interesa mover conciencias a la acción y al cambio positivo. :)
ResponderEliminarNo soy católico practicante pero de ahí a apoyar la apostasía hay un buen trecho. Fué la fe de mis padres y la respeto mucho. Un saludo. Miguel
ResponderEliminarEs tu derecho a la libre escogencia, Miguel, optar por respetar la fe de tus padres aunque no la practiques. Compartes situación con la mayoría de los católicos que conozco: en realidad lo son por honrar la tradición paterna, no por convicción. Y de eso se trata el DERECHO a la apostasía (o a no apostatar): de contar con la libertad de decidir y de practicar o no una posición, una fe o ideología. Libertad que no tiene un bebé o un hijo pequeño. Cordial saludo!
ResponderEliminarExcelente articulo, bloguero Gustavo! De verdad que tu blog se las trae,a mí misma me toca la fibra del recuerdo y me hace mejor persona cuando me pone a reflexionar.Por ejemplo en este articulo me recorde de mi abuelita española y librepensadora riendose sola conmigo cuando iba a hacer mi primera comunión, diciendome que un dia tambien me vestiria de blanco para ser novia, pero que no hacia falta ser de ninguna religion para eso,en cambio mi mama toda emocionada leyendome un minuto despues la cartilla de los mandamientos para ser niña buena y llegar al cielo.Y yo en medio de las dos toda confundida sin saber si la religion hacia falta o no o si era buena o no.Creo firmemente que a todo niño hay que darle derecho de elejir si quiere afiliarse o no a la religion de sus padres o a su doctrina politica o a su modo de ver la vida,y que por eso la iglesia aprovecha que los niños estan pequeños para embutirles todos los sacramentos habidos y por haber y poner otro numero en sus estadisticas de cantidad de creyentes.Para que si despues pocos practican y la hipocresia sigue y sigue?Yo no he apostatado pero a quien me pregunta le digo que ni mis hijos ni yo somos religiosos aunque si creemos en Dios a nuestro modo.Otra vez felicitaciones por tu blog.
ResponderEliminarGracias Carolina. Me gusta y te agradezco que hayas compartido en el blog tu experiencia temprana acerca de la presión que puede sufrir un niño sometido a lealtades adultas diferentes, en cuanto a su forma de ver la religión. Para mí, el resultado de estos conflictos es esa inmensa mayoría social no practicante que sigue manteniendo tradiciones y lugares de culto, mientras su memoria guarda con resentimiento esas angustias infantiles, esas manipulaciones de las que sus mayores tampoco son enteramente rsponsables, por venir también de ser niños forzados a creer y apoyar la religión de sus padres. Es una cadena dificil de romper, y que sólo deja de atarnos a punta de voluntad, de asumir riesgos, de perder miedos, de trascender límites personales, de atrevernos a pensar distinto y a dudar, para convertirnos en libre protagonista de la propia vida. Me alegro que tú estés clara al respecto y hayas aportado esa claridad a tus hijos. Un conocido publicó recién un libro titulado "Y dónde está Dios, papá"; su autor es Clemente Novella, buena persona y buen ateo, y ya puede adquirirse aquí en América. Como en general estoy de acuerdo con su contenido, por objetivo y educativo, y viene alcaso en relación al presente artículo, me permito recomendártelo a la par que a los demás lectores del blog. Un saludo cariñoso!
ResponderEliminarPues, para mi la fe es esa cosa extraña que mueve montañas o que puede aplastarte como un macizo en tu espalda, para qué nos sirve y que haríamos sin ella? Las religiones son otra cosa y allí estoy muy de acuerdo con usted. Mis disculpas por no haber venido antes a visitarle.
ResponderEliminarGracias por llegar, siempre es oportuno un comentario nutritivo. Cabe tu aclaratoria de que fe y religión son constructos distintos; si bien la última no puede existir sin la primera, la fe es cuestión personal y autónoma, que generalmente produce frutos positivos, cuando el individuo no es movido por intereses y metas de otros, cuando realmente está al mando de su propia vida y realiza su potencial desde el amor por sí y por el otro. Es un hecho que una persona con fe y sin ataduras religiosas resulta por definición más libre. Saludos, paz y todo bien para tí!
ResponderEliminarUn gran saludo a mi amigo y colega de la Vida , Gustavo free Thinker por excelencia , gran visionario..
ResponderEliminarTe felicito pr tu blog y contribuciòn a engrandecer nustra visiòn existencial màs allà de nuestras narices...
La Apostasìa es un decrecho concedido por la Vida , y un deber al asumirlo , pero una blasfemia a entes religiosos...
Hay que cultivarla en cuerpo & alma , antes de identificarse con el papel ,...
The Life Writer/ @bgjsl33thor(twitter) / www.amazon.com/author/borgesorensen
Gracias amigo Borgte! Tal cual dices, la apostasía en cuanto a libertad de decisión y de escogencia, es un derecho que nos da la Vida y que sólo la mezquindad humana puede pretender obstaculizar. ¡Qué hermoso sería un mundo donde cada persona se sintiese respetada y aceptada por las demás, en su valor individual y como parte insustituible de un colectivo! Acabarían las guerras y las religiones serían innecesarias, porque todos adorarían y celebrarían con vivencias cotidianas a la trinidad AMOR-PAZ-BIEN. Mientras la Humanidad evoluciona hacia esa meta, que para muchos es pura utopía por no querer desprenderse de sus miedos, otros la vemos posible y regamos su simiente con palabras y con actos. Un gran abrazo y bienvenido al blog!
ResponderEliminarMuy buen artículo. En la base está el asunto de la libertad y su expresión concreta como proyecto de autonomía factible. Cuando se pide adición incondicional a principios, valores, normas o comportamientos, en realidad lo que se está imponiendo es “la ley de otro”, otro que no es el individuo al que se pretende imponer. La apostasía fue, podríamos decir, el recurso inventado por el sectarismo para dar cobertura ideológica a su deseo de dominio. Todo esto es el opuesto exacto de la autonomía: la heteronomía. No por casualidad la institución heterónoma por excelencia es la religión.
ResponderEliminarPero no es la única y, en realidad, la institución heterónoma ha caracterizado a todas las sociedad históricas y a todas (o casi) sus instituciones. Entonces, me parece, el problema es: (1°) si debemos plantear la pregunta ¿es posible un proyecto de autonomía? ¿cómo? ¿hay codeterminación entre las autonomías individual y social?; O, (2°) como pretenden algunas corrientes modernas y desde siempre, el individuo debe encerrarse en su pequeño mundo personal, olvidarse de la sociedad y “ser” libre por sí sólo: misión imposible, absurda e hipócrita: ser un privilegiado en la miseria de los demás. O, peor aún, (3°) los que argumentan que “la libertad no existe” y que por tanto pregonan una vida desinteresada que en realidad es parasitaria y holgazana.
Gracias estimado Miguel por enriquecer el texto con tu aporte y las reflexiones a que éste invita. Por definición, la sociedad genera expresiones heterómanas que contienden con la libertad de decisión, pensamiento y acción del individuo, libertad que forma parte importante de su autonomía. Sin embargo, y por el hecho de ser un "animal social", el individuo no puede ejercer su autonomía con abuso o exclusión de los otros, sin convertir su libertad en libertinaje y su actuar en una expresión de puro y simple egoísmo, opciones que caracterizan al autócrata de turno, por ejemplo. Mi punto de vista es que tanto la posición autónoma como la heterómana carecen de sentido -aunque no de realidad histórica- en tanto no se expresen en función del bien, tanto personal como ajeno. Cada uno ES, en tanto tiene conciencia sí y de su interacción con el entorno, y es más funcional y feliz en cuanto mejor se relaciona con su ambiente. El parasitismo, así como el vivir siendo un privilegiado dentro de la ´otredad´, son dos alternativas de vida que concluyen en un mismo fin, pues equivalen a renunciar, desde una libertad mal utilizada, a la opción vital de que la propia existencia resulte útil para el bien común. En otras palabras, egoísmo, egocentrismo, manipulación, adicción, individualismo, son -entre otras- manifestaciones psicópatas de alguien enfermo dentro del fluir de la vida sana, por estar excluídas de la energía del amor.
ResponderEliminarComparto y suscribo
ResponderEliminarJeje gracias por suscribir y compartir, Josefo, no esperaba menos de tí!!
ResponderEliminarGran tema amigo Gustavo, que se trata nada menos que de la libertad de uno mismo elegir que fe o que creencia debe seguir. Como bien lo dices ese es un derecho humano que ningun poderoso deberia violarselo a los que manda, aunque sabemos que pasa a cada rato con quienes tienen el poder y le imponen sus creencias o su fe a los de mas abajo. pero la verdad es que una fe obligada no es verdadera y quien la tenga debe poder salir de ella cuando asi lo quiera y para eso es que sirve la apostasia. Y esa es mi opinion en pocas palabras.
ResponderEliminarAsí es Hamish, el tema de fondo en este caso es el de la libertad para escoger, para decidir, para protagonizar la vida personal, utilizando para ello la propia capacidad de pensar. Sin olvidar que también los que eligen apoyar las metas y organizaciones de otros, tienen libertad para hacerlo aunque eso les cueste autonomía. Mi oposición es a que, cuando lo hacen, intenten sojuzgar o atacar a los que se quieren mantener fuera de esos juegos de predominio o poder. Gracias por comentar!!
ResponderEliminarGracias, una vez más, por tus estupendos textos y por la ocasión que brindas con ellos para reflexionar sobre temas a los que, por su complejidad y por la desidia intelectual que predomina en nuestro mundo, no les dedicamos tiempo y que, sin embargo, son mucho más importantes de lo que pueda parecer e inciden en nuestra vida diaria moviendo mil hilos que, aunque no veamos, están ahí. Las estadísticas tienen mucho poder, si no fuera así, la Iglesia Católica no pondría tantos obstáculos a quien pretende apostatar, al menos, en España, donde debes acudir con engaños para dar sólo el primer paso, solicitar la partida de nacimiento. Si dices que la necesitas para tramitar el certificado de apostasía, estás perdido, no la verás en la vida. Tienes que decir que la necesitas para casarte o para cualquier otra zarandaja. Luego vienen otros muchos pasos, cada cual con sus propios impedimentos, que se prolongan en el tiempo y hacen que la mayoría de los casos se queden en la intención, bajo la idea de que dedicarle más esfuerzos es darle demasiada importancia a la Iglesia. En cualquier caso, que nos bautizaran, nos dieran la Comunión y nos confirmaran (en mi caso, a los 10 años) en plena infancia no costó tanto. En tiempo, que dinero hubo que pagar para ir reservando plaza en la Rosa Celestial del Empíreo, donde las almas de los bienaventurados, según cuenta Dante, giran eternamente, cada una en su escaño, cantando glorias y aleluyas al Creador, ¿quién va a querer perderse semejante planazo? Yo no, por eso no pienso apostatar, si no de qué...
ResponderEliminarMi querido Carlos, gracias por desenmascarar la táctica dilatoria que tanto ha servido a la iglesia católica para medrar y derrotar a opositores grandes y pequeños, confirmando mi teoría acerca de que tal defensa viene del miedo que siente por ser tan incongruente. En cuanto a tu cielo dantesco, sea que apostates o no, yo te auguro uno mil veces más digno de tí y de tu increíble talento como escritor, que invito a disfrutar en www.museodeloshorrores.com
ResponderEliminarNobleza obliga, primero a dar las gracias por su pequeño, pero alentador comentario, segundo pedir disculpa por la esquivez con que suelo andar, con respecto a las personas y su modo de ver las ideas contrarias, esto me obliga a replantearme la idea de volver abrir los comentarios en algún momento. La fe misma no deja ver que « todo lo importante merece una contradicción » se necesita la existencia de una cosa para que exista la otra, Vida, muerte, religión, ateísmo. la vida es un todo que requiere de un equilibrio. y lo digo con toda honestidad, mis pequeñas palabras sueltas no son equiparables con todo su Articulo, mis disculpa de nuevo, pero con toda la sinceridad, que con la Ética de mi existencia suelo, manejarme y Ser aparte de ATEO O APOSTATA. ya me considero un fiel admirador de lo que dice.la fe no es solo a los aspectos Religiosos, la fe incumbe el creer un poco mas en el amigo, en el familiar, es confiar en el Humano como Balanza de lo posible, de la Sociedad. El Ser.
ResponderEliminarGracias a tí por dejar este comentario, que en su brevedad es importante. Revela nobleza, ética, respeto y curiosidad por la vida, reflexión inteligente, captación de lo dual. Noto en tus palabras una espiritualidad huérfana, debida tal vez al dolor que a todo ser sensible producen los errores, fallas y limitaciones de la humanidad, por el daño que se hace a sí misma, incluyendo el asociado con las religiones y creencias que en vez de unir y armonizar, separan y enguerrillan. Pero es cuestión de aceptarlo sin resignación, para luego tratar de mejorarlo, porque nos afecta a todos. Como bien dices en uno de los artículos de tu estupendo blog `Mis Papeles´: "somos parte de cada parte de ahí afuera". Un abrazo desde Venezuela.
EliminarMuy buen articulo, pero no me convence de ser apostata. Las raices tambien son importantes y el bienestar de los padres de uno tambien, y apostatar seria como decirles que estan equivocados y eso no es amor sino puro egoismo. Pero igual me gusta el respeto como esta escrito y por eso dejo mi comentario.
ResponderEliminarGracias por comentar, y entiendo tu anonimato. Este artículo comienza con dos palabras clave: DERECHO y VOLUNTARIAMENTE. No busca convencer a que el lector apostate de su fe, sino resaltar un derecho que es de escogencia voluntaria. Por otra parte, a veces el amor consiste en mostrar a quien se ama que está equivocado, pero en el caso de los padres es prácticamente imposible, pues tienen que ceder su rol de autoridad sobre el hijo para poder escucharlo de igual a igual. Así que, por amor a ellos respeta sus creencias, con las que seguramente llevan más tiempo que tú con las tuyas. El amor llevado a la práctica siempre es más importante que cualquier fe o creencia. :)
ResponderEliminarQue bien explicaba Ortega y Gasset el Individualismo como recurso a la verguenza de mostrase en público, con el fin de que No se pusiera de manifiesto la dura realidad, no es que se fuera individualista, es que no se era Individuo.
ResponderEliminarYo creo que los problemas en la Sociedades de Occidente ocurren precisamente por estar formadas por personas en su mayoria carentes de Criterio. Sin lugar a dudas la falta de seguridad en uno mismo, no es necesariamente por falta de capacidades, sino una consecuencia de los adoctrinamientos tanto religiosos como políticos que todo lo dan hecho, todo lo dan pensado, pero obviamente en la forma y manera que es más ventajosa a los intereses de sus Instituciones.
Hoy se considera el derecho de los ciudadanos a la Apostasia como parte de la libertad de culto y de la libertad de conciencia y yo lo acepto dado que significa compromiso y responsabilidad de las personas con su vida y sus circuntancias; en resumen de ser personas con Criterio en definitiva más individuos en el bueno de los sentidos que diria el admirado pensador madrileño.
Un fuerte abrazo y los mejores deseos.
Apreciado Jose, definitivamente CRITERIO es palabra clave en relación a este tema y situación de vida. También es para reflexionar tu punto acerca de la inseguridad individual como resultado del adoctrinamiento colectivo. Eres una de las personas cuya integridad y congruencia admiro sin reservas. Un gran abrazo!
ResponderEliminarUn buen artículo; lo realmente triste es que a estas alturas haya que escribir sobre esto; una muestra clara de las deficiencias de la especie humana, para la que es posible el crecimiento individual, pero como especie, como grupo o como sociedad, hay que ver la aplastante ignorancia que impera y anula toda posibilidad de crecimiento. Saludos.
ResponderEliminarAcertado aporte Manuel, y además, breve y directo. Es lamentable que hoy por hoy tengamos que seguir intentando demoler trabas al crecimiento humano, a nivel individual y social, que en virtud de la experiencia y de la inteligencia asociadas a nuestra especie deberían haber sido superadas hace siglos. A veces pienso que la vida humana ha creado una escuela de dolor innecesario en este planeta, donde graduarse con honores reconocidos por los demás supone, en muchos casos, un descrédito total a la verdadera calidad humana, y donde el héroe anónimo es, con mucho, el que supo pasar por tantas pruebas sin rendirse ni permanecer caído en el fango de la alienación colectiva. Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarTienes un blog muy interesante, creo que deberías subir entradas con mayor asiduidad.
ResponderEliminarMe quedo reflexionando sobre tu texto.
Ah, llegué a través de tweeter.
Un abrazo.
HD
Hola Humberto: Me contenta y anima que hayas llegado aquí desde Twitter, que te guste el blog y te invite a reflexionar. Realmente con tu aporte me diste una motivación que valoro. Gracias por entrar a ser parte de mi mundo, un mundo que quiero mejor para todos. Un abrazo! Gustavo
ResponderEliminarHoy, no me interesa ser apóstata porque hace tiempo ya me separé sin saberlo.
ResponderEliminarMi opinión de toda institución humana -toda- es que está corrompida y torcida a conveniencia, de alguna forma; por ello, la mejor manera para vivir es con uno mismo, con lo que uno cree que es bondad, amor, ira, tolerancia, conveniencia, etc.
Así es como se construye una vida y, si todos fuesen así en vez de tratar de controlar a los demás, la armonía estaría entre nosotros.
Pero no es así porque la mayoría vive de lo externo, por ejemplo, de la torpe pertenencia y aprobación ajenas, por ello las instituciones existen, para aprovecharse y calificar y clasificar jugando -por conveniencia- con las malas autoestimas que necesitan que les digan que existen... y por ello existe la apostatía, como mal menor, hermana del mayor.
Mejor, entonces, vivir sin institucionalidad, sin fronteras, sin grupetes y empezar a disfrutar la Vida como nos la pone delante la misma Vida.
Entendí esto hace unos años... lo sentía hace décadas.
Yo siento que toda naturaleza sensible acaba, como en tu caso, por despertar de la alienación colectiva y eso me tranquiliza, apreciado amigo. La Vida siempre acaba por redimirse a sí misma y por encontrar su verdadero cauce. Depende de cada quien no dejarse distraer, engañar, apartar, retrasar o manipular, todo lo cual supone sufrimiento innecesario. Paz y bien, Víctor, y un fuerte abrazo!
ResponderEliminarHola Gustavo. Muy interesante tu blog. Para creer en Dios no es necesario creer en ninguna religión, y por descontado, no es necesario ser religioso para tener grandes sentimientos de bondad y realizar obras altruístas. Además, es muy enriquecedor el poder nutrirse de las aportaciones de las diversas religiones. Un saludo, y vuelve a visitarnos cuando lo desees, en http://www.lavidaenlaluz.com.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con cada palabra de tu comentario. Si la divinidad dependiese de cualquier religión para existir, el hombre sería el creador de Dios. Y es innegable que la humanidad ha producido y sigue generando ejemplos altruistas que no necesitan de una fe religiosa para actuar la bondad. Es un placer refrescar vida en tu blog, mi cordial bienvenida a LOBIGUS. Saludos!
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